El 8 de junio hizo un tiempo estupendo, inmejorable decíamos algunos, con el sol en lo alto, luciendo entre nubes que lo ocultaban a ratos, sin demasiado calor y con una brisa que refrescaba y acariciaba la piel. En fin, el día perfecto para no estar encerrados sino al aire libre y, especialmente los niños, descansar un buen rato de las pantallas, que falta hace.
El escenario, como es
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